lunes, 1 de abril de 2013

PARA MAMI:


Un día me convertiré en viento...
Jugaré con las hojas
y me colgaré de las ramas de los árboles.
Enredaré los cabellos de la gente,
como un duende travieso.
Robaré los besos que quedan prendidos
de los labios de aquellos
que no osaron depositarlos en otros labios.


Seré la brisa que baila con las olas,
y la mano que sostiene el vuelo de los pájaros.
Me reiré con la risa de los niños
que inocentes juegan
en un mundo de fantásticas aventuras.
Me colaré por rendijas de puertas y balcones,
espiando mil escenas maravillosas.
Prenderé en mi vestido invisible, notas musicales;
y las llevaré a oídos cansados de reproches.
Traeré recuerdos de aromas y sonidos de infancias dulces
a viejitos que añoran aquel pasado.
Seré el espacio que queda
entre las manos y los cuerpos de los enamorados.
El aliento que alimenta los versos y las palabras
que por miedo o rubor se callan.

Un día me convertiré en viento...
Acariciaré el cielo, la tierra, los ríos y los mares,
y a cada ser vivo que en ellos mora.
Y finalmente me iré a dormir lejos,
con todos esos sueños, entre mi corazón y mi alma.

Sí, un día me convertiré en viento...
Y ese día MADRE, sin ningún temor, sin ningún rencor,
me acercaré a abrazarte y a darte un beso.