domingo, 17 de marzo de 2013

HALLOWEEN... ¡¡QUÉ LO PARIÓ!!


Tenía yo entendido que el día de Santos Inocentes era el 28 de Diciembre, pero andaba yo errada o bien el destino decidió gastarme una inocentada extra.
Sí, sean pacientes que ya les explico...
Llegué yo toda tensionada de ver una peli de miedo con mis amigos Beltrán y Ester en el cine del barrio; con el culo lleno de preguntas me pasé todo el film y botando del asiento cual si tuviera un muelle en donde la espalda pierde su noble nombre.
Hace como una semana que la puerta de la portería está estropeada, así es que los vecinos teníamos un lindo cartoncito que la mantenía abierta, básicamente para poder entrar en nuestras respectivas viviendas.
Pero ¡oh sorpresa! que cuando llegué el cartoncito no aguantaba nada, estaba ahí tirado al lado de la puerta porque algún hijo de re-mil debía temer que al quedar la puerta abierta y siendo Halloween, no se le diese al Sr. Jack O'Lantern por aparecer a pedirnos truco o trato, así es que, tal vez pensando que ya era hora que cada oveja estuviera en su redil, cerró la puerta sin más.
Inútilmente metí mi llave en la cerradura como unas 200 veces. Giré tantas otras rogándole a los cielos que me dejaran abrir, pero el milagro no se dió.
Pese a la hora que se hizo después de mis frustrados intentos pensé que lo mejor era llamar a algún alma caritativa de las que viven en este lindo edificio en el que cuando no se estropea una cosa se jode otra. Por fin me atendieron, y el tipo que lo hizo le dió al botoncito del interfono para abrirme...
¡¡Salvada!! pensé yo... Pero ¡¡oh craso error!! Tampoco se obró el milagro que yo tanto esperaba. Así es que me armé de valor de vuelta y volví a llamar a la misma casa. El tipo me dijo más o menos que me fuera a la remier... coles.
Obviamente no me atreví más a hincharle las pelotas con el interfono. Llamé a varios más, pero no hubo respuesta.
Estrujé mi cerebrito tamaño XXS de vuelta y decidí, que pese a no tener un mango para pagarles, era mejor llamar a los bomberos, pero ¡¡oh maldición!! la mina que me atendió me dijo que no era labor ni de bomberos ni de la guardia urbana.
Llamé por teléfono entonces a mi vecina de toda la vida, pero ¡¡oh me cagüen todo lo cagable!! está tomando anti-inflamatorios para una contractura y no se despertaba.
De vuelta volví a devanarme los sesitos y decidí que la única forma de entrar era armándome con una roca de tamaño considerable para ver si podía romper el vidrio un trocito, meter la manito con cuidado de no herirme y abrir desde adentro.
Pensé en el jefe más cabrito que he tenido y lancé la piedra... Una y otra vez porque ni modo de que se rompiera el maldito cristal.
Por fin conseguí romperlo, me enfundé mi manito en la chaqueta y accioné el tirador, pero ¡¡oh dios no puede estar pasándome esto!! la jodida puerta no se abría desde adentro tampoco.
Ya enfurecida me lié a pedrazo limpio para romperlo todo, porque ya me estaba orinando y necesitaba subir... Y además me preocupaba la vegija de mi pobre perra también, porque ya me pasaba en una hora de su tiempo de salir.
Con los golpes salió un vecino, que obviamente empezó a gritarme que si estaba loca. Traté de explicarle al hombre lo que me pasaba, pero éste no me escuchaba y sólo reputeaba.
El hijo de remil del viejo cara orto se negó a abrirme la puerta... Y para colmo había llamado a la policía.
Yo entré en llanto, y ahí justo se aparecieron los mossos de escuadra.
Por un momento me ví entre rejas, con mi madre llevándome tabaco a la prisión.
Entre llantos desconsolados, y temiendo me cagaran a porrazo limpio, les expliqué mi "maravillosa" noche de Halloween... Por suerte se apiadaron. Y se liaron a mamporro limpio contra la puerta.
Para cuando terminaron de romper todo el cristal, ya había 4 vecinos en la portería, incluído el viejo cabrón que no me quiso abrir.
La policía catalana me tomó los datos, así es que si en una de estas me encarcelan, les pido vengan a verme algún día.
Por fin logré entrar... El viejo seguía a las puteadas y lo último que me dijo fue: "¡¡Pues vos pagarás la puerta!! ¡¡Y como mínimo limpia el estropicio que hiciste, descerebrada!!"
Así es que terminé recién de pelearme con la mier...coles de escoba que tengo para sacar todos los millones de cristalitos que se habían incrustado en esa alfombra gomosa bajo la que la mujer de la limpieza debe haber ido acumulando toda la porquería que barrió en estos años.
Y aquí me hallo por fín.. En mi adorado hogar, con cristalitos y polvo hasta en las orejas relatándoles esta "linda" inocentada con la que el destino decidió premiarme en esta noche de Halloween... ¡¡Qué lo parió!!

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